Influencias Artísticas
Entre mis influencias más destacadas se encuentra el pintor romántico Caspar David Friedrich, célebre por sus paisajes melancólicos, y Arnold Böcklin, quien representó simbólicamente la muerte, la soledad y el eterno descanso. Estas influencias se reflejan en mi apreciación por las representaciones de los cementerios como espacios de reflexión y memoria. Asimismo, me inspiran las fotografías de Roger Ballen y Diane Arbus, cuyas obras capturan la esencia de lo inquietante y lo sublime.
En cuanto al uso de la luz, debo resaltar mi afición por el Expresionismo Alemán, particularmente las obras de Fritz Lang, como «Metrópolis», que exploran temas de decadencia, vigilancia y la lucha entre lo humano y lo inhumano. Estos conceptos se manifiestan en la idea de los centinelas vigilantes y el paso inexorable del tiempo. Otros maestros que influyen en mi trabajo incluyen a F. W. Murnau, Ingmar Bergman, Tim Burton, Edgar Allan Poe y Charles Baudelaire.
Propósito y Temática
Mi trabajo pretende evocar un sentimiento de reverencia y reflexión sobre la muerte y el paso del tiempo, temas que han sido explorados por diversas corrientes artísticas a lo largo de la historia. Esta búsqueda no solo examina la inevitabilidad de la muerte, sino también lo que significa ser humano ante tal realidad. A través de mi obra, invito al espectador a contemplar su propia existencia y a encontrar significado en la fugacidad de la vida.
Técnica
El primer desafío al que me enfrenté fue el horario restringido de apertura y cierre de los cementerios. Mi intención era capturarlos tanto de día como de noche, lo cual no era factible. Por ello, opté por suprimir la luz natural, en algunas fotografías, e iluminar con flashes. Esta técnica es relativamente simple: el diafragma debe ser alto, en torno a f:16 o más, la sensibilidad ISO muy baja (en mi caso, 100) y la velocidad de obturación rápida, 1/250 o mayor. Esto exige un gran esfuerzo de los flashes y una distancia de disparo del flash de aproximadamente un metro.
Utilicé dos objetivos: un 35 mm, que permite realizar retratos en los que el entorno enriquece las imágenes de los centinelas, y un 85 mm que me permitió acercarme a los rostros fríos de las estatuas. La cámara empleada es una Canon R6, ligera y precisa.
La profundidad de campo, cuando quiero que sea escasa, la controlo enfocando a objetos muy próximos.
En las imágenes no aparecen nombres, ya que sería una falta de respeto grave. Aunque a los difuntos no les afectaría, podría herir los sentimientos de sus seres queridos. Las fotografías están muy desaturadas, pero no son blanco y negro puro. Esto es intencional, ya que deseo que quede un vestigio del color que tuvo la vida y que ahora se ha desvanecido.
Puedes encontrar el trabajo completo aquí.